Ahorro de Electricidad

El pago del recibo eléctrico mensual representa uno de los rubros de gasto más importantes en muchos hogares costarricenses; sin embargo, debido fundamentalmente a factores de tipo cultural, existe una sentida ausencia de una cultura de ahorro en este campo.

Las estadísticas de consumo nacional muestran que en la actualidad el sector doméstico utiliza un 43 por ciento del total de la electricidad consumida en el país; por ese motivo, se necesita desarrollar un gran esfuerzo, con la participación de todos, para educar al consumidor residencial a consumir menos electricidad.

Mientras se promueve ese cambio de actitud, unas sencillas medidas podrían ahorrarle muchos colones a miles de hogares. En primera instancia se puede recomendar –con base en estudios realizados a partir de las tarifas recientes- el uso de lámparas fluorescentes compactas en vez de bombillos incandescentes.

Las estimaciones establecen que el empleo de un bombillo encendido cinco horas diarias al año tiene un costo equivalente a ¢4,882; mientras que los fluorescentes en esas mismas condiciones apenas demandan ¢1,237 y tienen  una vida útil entre 7 y 10 veces mayor a los bombillos incandescentes.

En relación con el uso de otros equipos -como impresoras o computadoras- deben apagarse cuando estén fuera de uso. En las impresoras, por ejemplo,  el tiempo de real de operación suele ser menor al 5 por ciento de las horas en que estos aparatos se encuentran activados.

La mayoría de los conocedores afirman que apagar y encender estas herramientas de trabajo tiene un impacto casi nulo en la vida útil del equipo; con la ventaja de que es posible reducir en un 50 por ciento el gasto en energía mediante esta práctica de uso racional.

Es recomendable desconectar periódicamente el refrigerador para brindarle mantenimiento y revisar los empaques de las puertas con el fin de elevar los niveles de rendimiento, así como evitar mantenerlo vacío por largo tiempo.

Para otros aparatos como las planchas o lavadoras una buena práctica de ahorro debería contemplar un uso intensivo durante períodos cortos; es decir, se trata de sacarle el máximo provecho en cada jornada.

El ahorro logrado por éstas –y otras medidas-se podrá apreciar en los recibos mensuales; y agregando pequeños ahorros a nivel residencial, contribuimos a reducir la demanda máxima horaria del sistema, una de las principales preocupaciones de los planificadores eléctricos para mantener una adecuada calidad de servicio.

Ing. José María Blanco